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miércoles, 3 de febrero de 2016

Cartas Para Inventarnos se une a una tradición de siglos por Julieta Dobles




En su poemario CARTAS PARA INVENTARNOS que Pablo Narval confiesa es "de versos juveniles", muchos de los cuales tienen la densidad y hondura de la poesía de madurez, el poeta se rinde con especial deleite a la tradición de la poesía amorosa.

Tal tradición se remonta con mucho al nacimiento de la poesía, en aquellas civilizaciones chinas que desde hace once mil años o más, donde el emperador y los nobles, probablemente los que dominaban el arte de la escritura, que no era tan popular como hoy, escribían poemas, la mayor parte, amorosos. Así los poemas más antiguos que se conocen son poemas de amor de la dinastía Song, donde poetas femeninos y masculinos, como la poetisa Li Quigzao, considerada la mejor de la antigüedad, o los poeta Li Po y Li Yu, entre otros, escriben exquisitos poemas de amor acompañados de música. También en el siglo IX en la India, aparecen poemas amorosos bellísimos, cortos, a la manera de epigramas en sánscrito, donde el componente erótico es mucho más notable. Ya en el siglo XX , los poemas de amor de Rabindranah Tagore, espirituales y profundos, tienen un sitio de honor dentro de la poesía amoroso universal.

Durante la época de la poesía clásica de Grecia y Roma, muchos poetas cultivaron la poesía amorosa, aunque sólo se conservan los escritos de unos pocos, entre los que sobresale, por osada y hermosa, la poesía de Safo, la poeta de la isla de Lesbos, que cantaba por igual los placeres de amor a hombres y a mujeres.

Ya a a finales de la Edad Media, cuando Europa salía del oscurantismo en que la sumieron las invasiones bárbaras, y el poderío de un imperio unido a la iglesia que instrumentalizaban la ignorancia y el fanatismo y prohibían cualquier tipo de expresión artística que no fuera religiosa, empieza a surgir poesía amorosa cortesana, la llamada "pastoril", que no era escrita por pastores, sino por poetas a la manera bucólica que estaba en boga. En castellano tenemos la poesía de Garsilaso de la Vega, y de otros, que representan la idealización del amor. Son memorables los versos donde Salicio y Nemoroso, los pastores idealizados, cantan al amor.

Ya en el Renacimiento la poesía de amor florece en numerosos poemas de corte clásico en Italia, Francia, España, y toda Europa, al lado de otros temas, y cristaliza en el movimiento que se inicia en Alemania a mediados del siglo XVIII, y que se extenderá por Europa y América durante todo el siglo XIX, el Romanticismo.

Este movimiento idealiza la libertad, y el amor. De él saldrán los movimientos de independencia de nuestras naciones hispanoamericanas, y algunos de los poemas de amor más hermosos de la literatura.

¿Por qué el amor suscita y convoca a la poesía? Probablemente porque el calor de la pasión y el deseo, el sentimiento y las emociones florecen y crean la necesidad de expresarlos en formas hermosas y enardecidas del lenguaje. Ya en el siglo XX, gracias, primero al Modernismo, luego al Postmodernismo y finalmente a las Vanguardias Literarias en nuestra lengua, y en las diversas lenguas europeas, la expresión del amor toma diversas formas novedosas y apasionadas: Desde Rubén Darío, siguiendo con Juana de Ibarborou, Alfonsina Storni, Gabriela Mistral, Pablo Neruda,Miguel Hernández, Jorge Guillén, Pedro Salinas, y tantos, tantos poetas que a ambas orillas del océano enriquecen la veta interminable de la poesía amorosa. El haber transformado la poesía amorosa en una poesía más humana, donde la idealización se transforma para dar lugar a la vivencia erótica, es uno de los ingredientes más ostensibles de todos estos movimientos, continuados durante todo el siglo XX y lo que llevamos del XXI por las nuevas generaciones de poetas.

Apasionante es sin duda la transformación de la poesía amorosa femenina, que, tímida, y convencional durante el Romanticismo, se transforma en una expresión viva y particular de la vivencia amorosa femenina del siglo XX.

En nuestro país, poetas más recientes, desde Laureano Albán y Jorge Debravo, hasta Ronald Bonilla, Julieta Dobles, Lucía Alfaro, Olga Goldemberg, Julia Hernández, Arturo Montero Vega recurrieron a esta tertulia amorosa.

Y Pablo Narval entra a toda esta historia de la literatura amorosa y toma su tradición y recurre a la palabra poética para expresar sus vivencias amorosas, sus penas, frustraciones y realizaciones en este ámbito tan especial de las vivencias humanas. Espero que este poemario Cartas Para Inventarnos, editado por la EUNED tenga el éxito editorial que merece, y que nosotros, sus lectores, encontremos en él un eco de nuestras propias vivencias de amor, que es el verdadero secreto del poeta; expresar en sus poemas las vivencias propias, de una manera que sean reflejo de las vivencias de la humanidad.

                                                                                       Julieta Dobles


Recitando un fragmento del poema "Abrazados"


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martes, 25 de septiembre de 2012

"Olvidar el amor es mentirle a la muerte"


PABLO NARVAL



Nació el 7 de Marzo de 1982 en San José.
Cursó sus estudios primarios en la escuela Dante Alighieri 
y los secundarios hasta noveno año
 en el colegio de Cedros de Montes de Oca.

Participó en la Zarzuela Luisa Fernanda con el coro Mozart Chorale, bajo la dirección de Costantino Yuri.
A dado varios talleres de teatro a grupos aficionados de teatro
en Cartago y en Turrialba.


Creador del ensayo el "Silabario del Poeta"
hablando de los temas recurrentes 
del premio Nobel de Literatura Derek Walcott 
el cuál presentó en un simposio de literatura en el 2012 en e marco de la Feria del Libro en Costa Rica.

Ganador del premio de poesía Lisímaco Chavarría Palma 2015
por su libro "Aquí comienza el mundo"

Tiene un libro publicado bajo el sello de la editorial EUNED
"Cartas para Inventarnos"